lunes, 30 de noviembre de 2009



despues de varios días de deriva,
un barco de espuma me llevó,
casi sin quererlo, a Isla Melancolía;
no se cuanto tiempo estuve navegando;
el mar se me hacía monótono;
ni siquiera la compañía ocasional
de las traviesas sirenas me hacía
dejar de desear la cálida bruma
que siempre envuelve tierra firme;
los duendes me llevaron hasta la princesa
inmortal de ojos verdes, voz musical y rubio fresa;
su tono acariciaba mis sentidos,
y en lengua élfica me contaba historias...
sin embargo intuía que las respuestas
estaban arriba, en la cueva;
varios días me llevó escalar en solitario la montaña,
hasta llegar donde vivía el ermitaño Tamar;
aún delante de él, no sabía si era un viejo sabio con barba blanca,
o una mujer hermosa de pelo azúl metálico;
el tiempo no discurría, ni se movía el horizonte,
mientras intentaba entender un mensaje distinto cada vez...
solo al final me di cuenta de que allí no había nadie,
y yo miraba el fondo del estanque naranja
que me devolvía mi imagen reflejada...



volvemos a nuestro camino...

domingo, 15 de noviembre de 2009

Fondebadón y la Cruz de Ferro



Sonia con la Cruz de Ferro al fondo







miércoles, 11 de noviembre de 2009

en bici por el Monte


Sonia en el Monte el Viejo